martes, 10 de mayo de 2016

Comentario del primer capítulo de Filosofía analítica y lenguaje cotidiano de Adolfo León Gómez

John Austin es considerado un “terapeuta” por Adolfo León Gómez, porque tomó como objeto de estudio a las patologías psicológicas, ya que creía que estudiándolas podría conocer lo normal, pensaba que conociendo lo anormal, lo normal aparecía y se apreciaba de forma más completa. En su carrera de filósofo su deseo de clarificar conceptos y hacer que los demás entiendan la importancia de utilizar correctamente expresiones cotidianas siempre estuvo presente, organizaba seminarios y reuniones con el objetivo de charlar acerca de las minuciosas diferencias entre una palabra y otra. Austin se preocupaba mucho por la precisión lexical, para él la palabras nos definen, ellas son las que hablan por nosotros y dan una imagen de lo que realmente somos, no lo que otros ven, nuestro verdadero yo. Fue tanto su ímpetu para buscar la palabra exacta que llegaba al punto de ser pedante y quisquilloso. Se propuso hallar una ciencia verdadera y comprensiva del lenguaje, utilizando como medio a la filosofía (como muchos otros que antes de volverse ciencias habían nacido de ella) ya que, para él, el fin de la filosofía es descubrir la verdad. ¿Cuál sería la verdad que él afirma? ¿Nos trata de decir que la forma con la que se ha visto durante años al lenguaje es falsa? Austin nos invita a reflexionar acerca de nuestro ser mediante el análisis de lo que decimos o cómo nos expresamos. Lee el capítulo completo aquí